El verano está aquí y con él el deseo de disfrutar del sol. Pero, ¿cómo podemos cuidar nuestra piel después de la exposición al sol? Aquí hay algunos consejos útiles:
Efectos del sol en la piel no bronceada
La exposición no protegida al sol puede causar daños en la piel que se acumulen con el tiempo, lo que lleva al envejecimiento prematuro y a lesiones en la piel como manchas solares, alergias e incluso cáncer. La radiación ultravioleta (UV) del sol puede causar daños a nivel molecular y reacciones de fotoalergia.
A largo plazo, son responsables de algunos de los cambios mayores en la piel, como la formación de arrugas, pérdida de tono, tez grisácea y fenómenos de fotosensibilización.
Limpiar la piel después del primer sol
Después de un día al sol, la piel necesita ser limpiada de manera suave y completa. El uso de jabones específicos puede ayudar a eliminar impurezas sin deshidratar la piel. Estos jabones deben tener algunas características clave:
Glicerina: La glicerina es un humectante natural que ayuda a retener la humedad en la piel. Esto puede ser especialmente útil después de la exposición al sol, cuando la piel puede tender a deshidratarse.
Aloe Vera: Conocido por sus propiedades calmantes e hidratantes, el aloe vera puede ayudar a calmar la piel después de la exposición solar. Además, el aloe vera puede ayudar a prevenir el daño por radicales libres gracias a sus propiedades antioxidantes.
Manzanilla: La manzanilla tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes que pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y la irritación de la piel después de la exposición al sol.
Aceite de Coco: El aceite de coco es rico en ácidos grasos que pueden nutrir e hidratar la piel. También tiene propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a mantener la piel limpia.
Vitamina E: La vitamina E es un potente antioxidante que puede ayudar a proteger la piel del daño por radicales libres. Además, puede ayudar a mantener la piel hidratada y promover la curación de la piel.
¿Qué herramienta usar?
La elección de la herramienta de limpieza de la piel es igualmente importante. Entre esponja, lufa y Handso, ¿cuál es la mejor?
Esponja: Esta es la opción más común, pero puede ser demasiado agresiva para la piel sensibilizada por el sol. Si la esponja no se limpia adecuadamente o se aplica demasiada presión durante su uso, puede causar irritación de la piel como enrojecimiento, picazón o incluso dermatitis por contacto.
Lufa: Esta es una opción natural, pero puede ser demasiado exfoliante si la piel está enrojecida o irritada.
Handso: Es la opción más suave, ideal para pieles sensibles. Además, Handso es fácil de usar y limpiar, lo que la convierte en una excelente opción para el cuidado de la piel en verano.

Cuidado de la Piel Bronceada
Piel bronceada también requiere un cuidado específico. Después de la exposición al sol, es importante continuar hidratando la piel y usar productos con ingredientes activos calmantes. Además, el uso de una buena herramienta de limpieza como Handso puede ayudar a mantener el bronceado por más tiempo.
Principios Activos de los Jabones para Piel Bronceada
Para la piel bronceada, los jabones deben contener los siguientes ingredientes activos:
Carotenoides: Incluyendo beta-caroteno, astaxantina, licopeno y luteína, que juegan un papel clave en la promoción de un bronceado saludable al contrarrestar la formación de radicales libres.
Vitaminas: Incluyendo A, C y E.
Minerales: Como zinc, selenio, cobre y magnesio.
Ácido Hialurónico, Alantoína, Manteca de Karité y Mango: Todos estos extractos y moléculas hidratantes mantienen saludables las células de la superficie y restauran los niveles de agua que de otro modo disminuirían con la exposición al sol.
Principios Activos de los Jabones para Piel Bronceada
Para la piel bronceada, es importante utilizar herramientas de limpieza suaves. Aquí hay algunos consejos:
Evitar baños demasiado calientes o prolongados: el agua caliente puede causar pérdida de color.
No utilizar productos que sean demasiado agresivos: como jabones duros o limpiadores a base de alcohol que pueden deshidratar la piel y reducir la duración del bronceado.
Exfoliación suave: realizar un suave exfoliante una o dos veces a la semana usando exfoliantes suaves que no irriten la piel. Masajear suavemente el exfoliante sobre la piel húmeda mientras se está en la ducha y luego enjuagar bien con agua tibia. - Visita el artículo de Patients.com para más información.
En conclusión, el cuidado de la piel después de la exposición al sol es esencial para mantener una piel saludable y un bronceado duradero. Recuerda limpiar tu piel de manera suave, hidratarla y utilizar las herramientas de limpieza adecuadas.
